Toda persona física o jurídica en el desarrollo de su vida profesional, y económica, necesita asesoría financiera. “Es más, en el currículo escolar debería estar incluido la materia finanzas personales”. Con esas palabras inicia la conversación Arlina Espaillat Matos, abogada, notario público, socia fundadora de la firma de abogados y consultores fiscales EMC.
Como propietario de una pequeña empresa, se espera que se desempeñen muchas funciones. Algo así como un jefe virtual de muchos departamentos, desde marketing hasta desarrollo de productos y soporte técnico-informativo. Incluso, también puede ser responsable del embalaje, las entregas, el servicio directo el cliente y el mantenimiento de la propiedad.
Sin embargo, en algunas posiciones tales como administrar y planificar las finanzas del negocio, es mejor contratar ayuda profesional. No deben tomarse a la ligera porque son muchas las cosas que pueden salir mal en una empresa desde una perspectiva financiera.
Un asesor financiero puede asegurarse de que no haya una mala gestión del dinero, evitar los problemas de flujo de efectivo, o que las cuentas de proveedores no estén retrasadas o pagadas en exceso.
Una mano asesora
“Debemos partir del hecho de que en la universidad aprendemos sobre la profesión que seleccionemos, pero a la hora de emprender es de vital importancia tener las herramientas financieras adecuadas para un manejo efectivo y productivo del negocio que se gestiona”, explica Espaillat.
En ese contexto, señala que la asesoría financiera es de suma importancia, sobre todo en los países donde la cultura del ahorro y manejo saludable de las finanzas no son parte de ella. De hecho, destaca que una empresa de años en el mercado requiere orientación financiera para mantenerse en él.
La abogada explica que el asesor financiero se requiere desde un inicio para sentar las bases a seguir y a medida que el negocio vaya creciendo para reevaluar las mismas. “A través de esta asesoría se busca recibir propuestas y recomendaciones de las mejores opciones posibles sobre los productos financieros y estrategias económicas que existen”, agregó.
Una ayuda a corto, mediano y largo plazo
Asimismo, detalla que los asesores ayudan a comprender lo que más conviene de acuerdo con el riesgo que cada quien desee tomar. Eso lo logran elaborando un plan financiero de acuerdo a las necesidades, gestionando las finanzas y para tener lo que calificó como una buena administración.
“Este asesor tiene una gran responsabilidad en sus manos y debe procurar que cumplamos con sus recomendaciones, debe tener mucha atención a los detalles, inculcar la disciplina y compromiso del dueño de la empresa para lograr los objetivos que de él dependan”.
