Microestrés

Microestrés: qué es y cómo afecta su productividad en el trabajo

El microestrés se trata de un tipo de estrés que se acumula a través de las demandas y presiones cotidianas. En principio, puede visualizarse como pequeños esfuerzos provocados por eventos inadvertidos, pero estos episodios a largo plazo atacan la salud física y mental.

Se suele asociar el estrés con eventos grandes y traumáticos que provocan ansiedad. En el caso del microestrés, se trata de pequeños momentos pasajeros que desencadenan tensión. El mismo puede verse de la siguiente forma:

  • Revisar un correo electrónico de un superior o cliente exigente.
  • Abrir las redes sociales y toparse con una noticia negativa.
  • No encontrar las llaves del carro a la hora de salir de la casa.
  • Ir de camino a una reunión y encontrarse con el tráfico pesado.

Consecuencias del microestrés en el bienestar general

Las consecuencias del microestrés pueden variar de una persona a otra, pero algunas de las repercusiones comunes incluyen:

  • Fatiga. Exponerse constantemente al microestrés, o mejor dicho, hacer de este fenómeno un factor común en el día a día puede provocar una sensación persistente de fatiga y agotamiento. Aunque cada evento individual puede no ser agotador por sí solo, su acumulación puede agotar las reservas de energía y afectar la capacidad para enfrentar desafíos futuros.
  • Pérdida de memoria. La capacidad de retención de información disminuye cuando el cerebro se somete a constantes episodios de tensión. Una persona bajo microestrés es más propensa a olvidar la fecha de una cita médica, la ubicación donde dejó el control remoto o tomar un medicamento.

  • Falta de concentración. De la mano de la pérdida de memoria se encuentra la falta de concentración. El microestrés afecta la capacidad de prestar atención a una actividad, pues la preocupación constante y la sobrecarga de tareas dan paso a la distracción.

  • Problemas en la salud física y mental. Aunque se suele relacionar el estrés exclusivamente a la salud mental, muchas personas sufren consecuencias a nivel físico. El estrés crónico, incluso en su forma de microestrés, puede contribuir al desarrollo de síntomas como dolores de cabeza, trastornos del sueño y trastornos digestivos. También desata ansiedad y depresión.

Dígale adiós al microestrés en tres simples pasos

Para manejar este fenómeno, aquí hay algunas estrategias que puede considerar:

1. Identifique los desencadenantes.

Es imprescindible prestar atención a las situaciones, tareas o interacciones que generan microestrés. Le sugerimos autoanalizarse con las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál es el factor en común de cada situación?
  • ¿Cuál es la emoción que experimenta de forma instantánea?
  • ¿Qué tipo de conversación o persona le desencadena el estrés?

Hacer consciencia de su origen es el primer paso para abordarlo de una manera más efectiva y tomar acción para mitigar los efectos del microestrés en su vida.

2. Priorice y establezca limites.

Llevar una agenda organizada y preparada para imprevistos conlleva priorizar las actividades de su día a día. Una de las formas más prácticas de hacerlo es aprender a decir que “NO”.

Para establecer límites es necesario comprender lo que se encuentra dentro de las posibilidades y lo que no, pues sobrecargar la agenda trae consecuencias de doble vía. Se hace imposible cumplir con todas las asignaciones, así como tampoco se logra llevar un balance sano con la vida personal. Ambos dirigen a un estrés constante.

3. Cambie la mentalidad.

Al final del día, todo se resume a la interpretación del individuo. La mentalidad de cada cual define cómo va a ser recibida y procesada la información de la vida cotidiana.

En pocas palabras, es posible entrenar el cerebro para establecer cómo éste va a reaccionar a los sucesos que provocan microestrés.

Es esencial trabajar una mentalidad ganadora, abrir la mente a nuevas perspectivas y practicar la autoconciencia. Para ello, es necesario empezar a reconocer hábitos y patrones que destruyen, así como las creencias limitantes que se estancan en el cerebro.

Una vez identificado podrá elegir intencionalmente un nuevo camino.  

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