En un mundo empresarial donde los cambios no dan tregua, muchos líderes se enfrentan a un dilema silencioso: ¿cómo mantenerse vigentes sin perder el control? Las reglas del juego han cambiado. Ya no basta con gestionar tareas o supervisar equipos. Hoy, los gerentes necesitan reinventarse para guiar a sus equipos en un entorno donde la inteligencia artificial, la agilidad y la personalización del talento son más que tendencias: son exigencias. Según el Informe Global de Capital Humano 2025 de Deloitte, hay tres capacidades que marcarán la diferencia entre liderar con impacto o quedar rezagado. Conózcalas y descubra cómo su organización puede potenciarlas.
1. Cultivar el talento: más allá del coaching tradicional
La formación y el desarrollo del equipo ya no son tareas opcionales. Son funciones críticas que definen el éxito de un gerente. Inspirar, comprometer y motivar a cada persona desde su individualidad se ha convertido en uno de los principales factores para mantener equipos productivos y comprometidos.
¿Cómo puede la empresa apoyar esta transformación?
- Utilizando la IA para ofrecer a los gerentes información en tiempo real sobre el rendimiento.
- Exigiendo formación y certificación en habilidades de coaching y desarrollo.
- Brindando oportunidades para practicar conversaciones difíciles y toma de decisiones retadoras.
- Evaluando el desempeño de los gerentes en esta área y vinculando recompensas a los resultados.
- Reconociendo públicamente el buen trabajo con incentivos tangibles (tiempo libre, insignias, etc.).
- Fomentando una cultura de desarrollo continuo desde los niveles más altos.
- Apoyando al gerente en la personalización del desarrollo según las motivaciones, pasiones y habilidades de cada colaborador.
2. Rediseñar el trabajo: una nueva alianza entre humanos e inteligencia artificial
La integración de la IA en el entorno laboral exige que los gerentes asuman un rol activo en el rediseño de funciones y procesos. Ya no se trata solo de gestionar personas, sino también de facilitar la colaboración entre ellas y las máquinas, optimizando el rendimiento y mitigando los riesgos.
¿Cómo puede la empresa apoyar esta transformación?
- Democratizando el rediseño de procesos, empoderando a gerentes y empleados para usar la IA como herramienta de mejora continua.
- Ayudando a los directivos a redefinir su rol, liberándolos de tareas operativas para centrarse en el “cómo” del trabajo.
- Creando un entorno seguro para experimentar con IA sin temor al error.
- Proporcionando acceso abierto a datos estratégicos y financieros que contextualicen las decisiones.
- Formando a los gerentes en el uso ético y funcional de la IA, desarrollando habilidades humanas complementarias como la empatía, el juicio y la creatividad.
- Preparándolos para liderar ecosistemas donde personas y agentes de IA interactúan como equipos colaborativos.
3. Impulsar agilidad e innovación: liderazgo estratégico desde el terreno
En un entorno cada vez más descentralizado, los gerentes deben abandonar el modelo tradicional de jerarquía para convertirse en catalizadores del cambio. Su misión será empoderar a los equipos, fomentar la innovación y conectar talentos dentro y fuera de la organización para responder con agilidad a un entorno cambiante.
¿Cómo puede la empresa apoyar esta transformación?
- Utilizando IA para observar y mejorar las decisiones descentralizadas tomadas por los equipos.
- Estableciendo redes de conexión entre líderes para resolver juntos problemas estratégicos.
- Delegando derechos de decisión de manera consciente y estructurada.
- Brindando espacios seguros para practicar la toma de decisiones con retroalimentación continua.
- Ayudando a los gerentes a desarrollar microculturas y estrategias locales que potencien el rendimiento.
El gerente del futuro no es un ejecutor, es un habilitador. Su éxito ya no depende solo de sus habilidades técnicas, sino de su capacidad para cultivar talento, rediseñar procesos y liderar con agilidad e innovación. Las organizaciones que apuesten hoy por el desarrollo estructural de estas tres capacidades clave estarán mejor preparadas para prosperar en un entorno que evoluciona a velocidad vertiginosa. El cambio comienza por una pregunta urgente: ¿está su empresa lista para empoderar a quienes tienen el poder de transformar?
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