inflación en España

La inflación en España se reduce mucho más rápido que en Europa

La inflación está perdiendo impulso en España a un ritmo, probablemente, más acelerado del que se había previsto hace tan solo unos meses. La tasa de variación del IPC en España ya se encuentra muy por debajo de la media de la zona euro, que sigue firme por encima del 10%. Aunque ahora son muchos los que se atribuyen el mérito de esta moderación de los precios, lo cierto es que la desinflación que vive la economía española es producto, en mayor parte, de la elevada sensibilidad del IPC (la forma de cálculo) española a la variación de los precios de la electricidad en el mercado mayorista. Fue la electricidad, y este método de cálculo, lo que provocó que los precios se disparasen primero en España (respecto a Europa), y ahora es también lo que está provocando una caída frente al resto del continente.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha mantenido la senda de descensos que inició en agosto y ha registrado el cuarto retroceso consecutivo en noviembre. Según el dato adelantado que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación se situará en el 6,8% interanual, medio punto por debajo del nivel del 7,3% de octubre. La inflación subyacente sí sube una décima, al 6,3%, tras dos meses en el 6,2%. Mientras tanto, en la zona euro el IPC ha seguido sumando nuevos récords (supera el 10%) y en países como Alemania se sitúa incluso por encima del 11%.

De este modo, la ‘boca’ del IPC (diferencia entre general y subyacente) se está reduciendo a un ritmo muy acelerado. El IPC general es mucho más volátil, pero tras meses de subidas intensas ha terminado trasladándose a los componentes más ‘pegajosos’ (los componentes menos volátiles y que más tardan en presentar variaciones) de la cesta de la compra, que componen en su mayor parte el IPC subyacente (no pondera alimentos frescos ni energía). Ahora, la rebaja del IPC general podría contribuir poco a poco a que el IPC subyacente se vaya moderando en España, aunque lo hará a un paso inferior al que lo está haciendo la inflación general.

El IPC general en España ha venido rebasando la media de la Eurozona desde marzo de 2021 hasta septiembre de 2022. Desde entonces, la inflación nacional ha caído por debajo de la europea y la brecha es ya de más de 3,5 puntos. Aunque estos vaivenes han sido intensos, lo cierto es que detrás de los mismos están los diferentes contratos del mercado eléctrico, leves variaciones en los métodos de cálculo del IPC de la inflación de los institutos nacionales y el impacto positivo de la conocida como ‘excepción ibérica’, que ha rebajado el precio que pagan los hogares con contratos en el mercado regulado.

Este hecho está, por tanto, relacionado con la fuerte caída del precio que se paga en España por la electricidad y por la polémica metodología que utiliza el INE para calcular el IPC, que no incluye a los consumidores que se encuentran con contratos del mercado libre, aunque el 60% de los hogares tienen ese tipo de tarifa que presenta unos precios menos volátiles y que no están ligados en tiempo real a los mercados mayoristas.

La metodología del INE pondera solo (de forma desproporcionada) los contratos del mercado regulado. Esta es la tarifa PVPC, con un precio que cambia hora a hora y día a día según la oferta-demanda entre quienes producen energía (la compañía generadora) y quienes la venden al consumidor (la comercializadora). Esta compleja curva de precios depende, por tanto, del mercado mayorista, y se aplica a la factura. España es el único país europeo en el que la tarifa regulada traslada al consumidor directamente el precio de la energía del mercado diario, según Endesa. Los precios en este mercado están en caída libre ante el descenso del precio del gas y el impacto de la propia ‘excepción ibérica’.

Publicado originalmente en ElEconomista.es

Related Posts