No requerimos más horas en el día, necesitamos recuperar nuestra atención. ¿Alguna vez ha sentido que su cabeza no se detiene y que, cuanto más intenta enfocarse, más se dispersa su atención? Si su respuesta es afirmativa, sepa que esto no es casualidad. Requiere entrenar su concentración.
Diversos estudios muestran que, en los últimos diez años, nuestra capacidad de concentración se redujo drásticamente debido al exceso de información y a las notificaciones constantes que recibimos en el celular.
Un dato que llama la atención es que, según la American Psychological Association, el simple hábito de responder notificaciones fragmenta el foco mental y deja lo que llaman “residuo de atención”. Esto es la sensación de que parte de la mente sigue atrapada en lo que interrumpió la tarea principal.
No es el tiempo, son las distracciones
Durante mucho tiempo, la productividad se midió en listas de tareas cumplidas y calendarios llenos de reuniones al día. Sin embargo, es un problema de atención mal distribuida más que de falta de horas al día. Puede pasar toda una jornada laboral frente a la computadora, pero, si cada 15 minutos su concentración se rompe, termina agotado y con la sensación de no haber avanzado.
Por eso, veamos siete hábitos que especialistas en salud cerebral y liderazgo proponen para entrenar su concentración:
- Regule el uso del celular: Ponga límites. Empiece dejando el teléfono lejos en comidas y reuniones y verá la diferencia. Estará más presente y con menos ansiedad.
- Silencie notificaciones: Quite las que no aportan. Active la opción de “No molestar” en bloques de tiempo para ganar foco. Si quiere mayor organización, puede incluso fijar horarios específicos para leer noticias, en lugar de dejar que lo interrumpan todo el día.
- Divida las labores extensas: Fragmente en pasos pequeños la tarea de investigar, estructurar, redactar y revisar. Esa técnica, avalada por estudios en Psychological Science, mejora su retención de información y hace que avanzar sea más fácil.
- Sume hábitos positivos: Mientras toma café en la mañana, anote algo por lo que está agradecido.
- Mueva el cuerpo: El ejercicio no solo da energía física, también mejora la memoria y el enfoque. La American Brain Foundation explica que actividades aeróbicas o coordinadas, como bailar o jugar un deporte en equipo, estimulan la atención.
- Practique “mindfulness” o la atención consciente: Un estudio de Harvard comprobó que incluso rutinas breves reorganizan las redes cerebrales asociadas al foco. Hágalo con una aplicación de respiración guiada.
- Respete los horarios de sueño: Mantener un ciclo estable (acostarse y levantarse a la misma hora) refuerza su energía y concentración más que cualquier suplemento o truco productivo.
En el mundo de los negocios y el liderazgo, este no es un tema superficial. Un equipo que ve a su jefe atrapado y disperso en reuniones y correos interminables pierde claridad sobre las prioridades y también se dispersa. En cambio, un líder que protege su atención envía un mensaje práctico: la estrategia importa más que la urgencia.
La concentración no solo se trata de enfocarse para escribir un informe o encabezar una reunión, sino de estar realmente presente en la charla, disfrutar su cena o de un momento de silencio. Cuando recuperamos la atención, también recuperamos nuestra vida.

Más allá de los hábitos, aprenda estas tres lecciones prácticas:
- Decida qué rechazar. Decir “no” a tiempo libera energía para lo que realmente importa.
- Audite dónde pone su atención. Una semana anotando qué le distrae revela más que un mes de quejas.
- Proteja sus horas de mayor claridad. No las gaste en reuniones triviales. Resérvelas para lo que genera mayor impacto.
Ya que conoce cómo entrenar su concentración, le invitamos a descubrir cómo cambiar radicalmente su vida al implementar los descansos 3M.





















