¿Cuál Incoterm elegir a la hora de importar?

Las empresas alrededor del mundo están cada día más y mejor conectadas; es igual de sencillo encontrar un proveedor local que uno internacional. Sin embargo, el comercio exterior es una actividad compleja que requiere una planificación detallada y una comprensión clara de las responsabilidades y riesgos involucrados para ser llevada a cabo de forma eficiente. Uno de los detalles más relevantes en este proceso es la elección del Incoterm adecuado.

¿Y qué son los Incoterms?

Los Incoterms, abreviatura de International Commercial Terms o, en español, términos internacionales de comercio, son términos estandarizados elaborados por la Cámara de Comercio Internacional (CCI) que reflejan las normas de aceptación voluntaria por las partes de un contrato de compraventa y determinan el reparto de los gastos, la transmisión de riesgos y la entrega de la mercancía. Esto significa que definen quién es responsable de los costos de transporte, seguros, trámites aduaneros y otros aspectos logísticos, por lo que varía el precio de la mercancía.

Los Incoterms se revisan y publican cada diez años, siendo la última versión los Incoterms 2020. Es crucial definir a cuáles nos acogemos, pues existen publicaciones vigentes de los años 1936, 1957, 1967, 1976, 1980, 1990, 2000 y 2010 a las que podemos optar, pero están desactualizadas. Las actuales se adaptan mejor al transporte de hoy en día.

¿Cuáles son los factores a considerar al elegir un Incoterm para importar?

Seleccionar el Incoterm adecuado depende de los siguientes factores:

Experiencia del importador: Si eres un importador con mucha experiencia, es recomendable elegir un Incoterm que aumente tus responsabilidades y riesgos. Sí, por ejemplo, como importador tienes más poder de negociación con la naviera y la compañía de seguros; tus costes serán menores por los volúmenes que manejas. Por lo tanto, serían recomendables Incoterms del grupo F, donde el pago del transporte principal corre a cargo del importador. Esto te permitirá gestionar mejor los costos y riesgos asociados con el transporte. El Incoterm EXW no es recomendable para el importador. A menos que conozca perfectamente el país de origen y al vendedor. Sin embargo, si no tienes experiencia o desconoces el país de origen, es mejor delegar esos trámites en el exportador e inclinarse por Incoterms del grupo D.

Relación con el vendedor: Si tienes una relación de confianza con el vendedor y hay comunicación para coordinar los procesos, lo mejor es optar por el Incoterms que te dé más control sobre el proceso logístico, como por ejemplo FOB o FCA. Esto te permitirá gestionar mejor los costos y riesgos asociados al transporte.

Características de la mercancía: La naturaleza de la mercancía también influye en la elección del Incoterm. Si estás importando productos perecederos, es crucial elegir un Incoterm que garantice un transporte rápido y seguro, como CIP o CIF.

Recomendaciones generales sobre los Incoterms para importar

Incluir siempre la expresión (Incoterms 2020) en el Incoterm elegido.
Los Incoterms FAS, FOB, CFR y CIF son exclusivamente para ser utilizados en el transporte marítimo tradicional (mercancías cargadas a bordo de un buque, generalmente a granel).
Para contenedores, multimodal y carga general, utilizar los Incoterms EXW, FCA, CPT, CIP, DAP, DPU y DDP.
Utilizar únicamente los once Incoterms existentes en su forma de tres letras, seguida del punto o puerto de entrega convenido.
Tener en cuenta, si se utiliza como medio de pago la Carta de Crédito de Importación, que los documentos solicitados en la misma deben estar en armonía con el Incoterm.

No hay un Incoterm específico como respuesta única, pues depende de cantidad de factores y cada operación es distinta. Lo recomendable es controlar el mayor número de procesos y riesgos en una operación para evitar complicaciones como retrasos y asegurar que todo fluya sin problemas, desde reclamar al seguro hasta coordinar con la naviera y manejar correctamente el “bill of lading” (B/L) para el despacho de la mercancía. Eso sí, si estamos seguros de que nuestra empresa está preparada para eso.

Al final del día, el punto clave está en entender las propias limitaciones y fortalezas. También es vital mantener una comunicación clara y abierta con el proveedor.